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Sanar desde la fe

by - noviembre 03, 2018

Un grupo de madres y Pastores de la ciudad de Salto, prestan hogar y contención a chicos con problemas de adicción, como así también a sus familias. Están en busca de un lugar físico para desembarcar en Junín.




“Madres Rescatando Vidas” es un grupo de mamás, que junto con pastores evangélicos se encargan de rehabilitar y reinsertar a la sociedad a chicos con problemas de adicción. Las encargadas de la organización, pastora Graciela Osunay Susana Galeano ,quien es la mamá de un adicto rehabilitado, dialogaron con JUNINDIGITAL acerca de la importancia del hogar que prestan y del apoyo a las madres.

“Hace cuatro años que empezamos con esto. Es una gran responsabilidad, hoy nos toca hablar con otras mamás que están en la situación en la que nosotras estuvimos, entonces hicimos un grupo de contención para que la mamá sienta que nosotros sufrimos lo que ella está sufriendo, que pueda saber también que hay una salida, pero tiene que haber humildad por parte del adicto de reconocer que sólo no puede y a partir de ahí empezamos a trabajar”, cuenta  Susana.

La particularidad de la ayuda que se les brinda, tanto a los chicos como a sus familias en este proceso, es que la realizan a través de la fe. En cuanto a este punto la Pastora Graciela relata: “La contención se basa en la fe, somos pastores evangélicos. A un adicto se le quitan todas las emociones, no quiere a su familia ni a nadie. La idea es que ellos se vuelvan a amar a ellos mismos para poder después amar a su familia”.

Uno de los factores importantes es el apoyo que recibe cada uno de los adictos para lograr una próspera rehabilitación, por lo que Susana quien vivió con su hijo la experiencia dentro del hogar, describe: “Se contienen unos a otros. El hogar se llama “Rescatando Vidas” porque dejan atrás una familia destruida y una casa que ha sido un caos, entonces llegan al hogar, los reciben los pastores, que son sus padres espirituales, y empiezan a trabajar los valores. Es cambiar un estilo de vida en hábitos, se levantan muy temprano, tienen actividades todo el tiempo y es día a día”.

“Son 15 chicos y como en una familia, siempre pasa algo y llega a nuestros oídos a través del líder que es Agustín, ahí se habla y les decimos que se abracen y se pidan perdón para poder seguir conviviendo. Están muy disciplinados y es todo con muchas reglas”, agrega la Pastora.

Agustín es un adicto rehabilitado, hijo de Susana, quien hoy es el líder del hogar y planea abrir uno propio en otra ciudad. En sus comienzos hacia el camino de adicción su familia fue testigo de los cambios que él atravesaba y su mamá hoy puede contar, sin lágrimas, lo que padeció en aquel entonces: “Me costó muchísimo reconocer que tenía un hijo con problemas de adicciones. En la caída de Agustín en sus adicciones tuvo mucho que ver el entorno y reconozco que como mamá  cometí muchos errores. Reconocer que Agustín estaba en un problema de adicciones me llevó un buen tiempo, tenía vergüenza, del tema no se hablaba. Primeramente en sus actitudes noté cambios, él no pedía ayuda, decía que estaba todo bien, que lo manejaba, que lo hacían todos, es natural. Empezó con la marihuana, pero fue cada vez peor, hasta que un día hizo una mezcla de pastillas con alcohol y creo que eso fue tocar fondo. Después de ese episodio nos pidió ayuda. Asi que empezamos a accionar, me tocó como mamá prepararle el bolso, fue muy doloroso para mí”.

Los concurrentes de la casa realizan distintas actividades como panadería, carpintería, pinturería y herrería. Algunos predican el Evangelio, otros se encargan de brindarles sus enseñanzas a los recién llegados. Es un lugar céntrico y tiene las puertas abiertas, a diferencia de otras granjas o centros de rehabilitación regulares.

“Quiero decirles a las madres que se puede, que hay una esperanza, que el adicto cambia, tenemos que empezar a reconocer que hay una situación de adicción en la familia y comenzar a trabajarlo, porque al chico que tiene estos problemas le cuesta registrar que necesita ayuda. Estadísticamente hablando esto va para peor, porque si ya fumó marihuana algo más le está pidiendo, y eso puede derivar en otras drogas. El adicto tiene tres caminos: locura, cárcel o muerte. Necesitamos accionar y usar herramientas que tienen lugares como “Madres Rescatando Vidas”. Si una mamá necesita ayuda, el teléfono es 2474-685769, en la ciudad de Salto”, concluye Susana.

NOTA DE FLORENCIA ROMERO
PARA JUNINDIGITAL.COM

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