Carlos Daniel Valles, ex esposo de Liliana Ortega, también brindó su testimonio en la primera audiencia del juicio oral y público que se lleva adelante en el cuarto piso del edificio de Tribunales contra Alfredo "El turco" Hamed, imputado del homicidio de la mujer ocurrido el sábado 15 de agosto de 2017, encuadrado bajo la figura de femicidio.
Valles contó que ese día estaban en la casa de su madre en calle Irlanda al 600 cenando con su hermano, su pareja, su mamá y sus tres hijos cuando pasadas las 22.15 sonó el celular de su hijo recibiendo la llamada de un vecino y al llegar a la casa ocupada por su ex esposo la encontró totalmente incendiada.
A partir de allí Valles comenzó a ser consultado sobre la opinión en cuanto a la relación que su hija mantenía con Hamed. "Estábamos en desacuerdo desde el primer momento pero igual le abrimos las puertas", señaló el testigo comentando que se había separado de Liliana Ortega en 2012, es decir, que al principio de la relación entre su hija y el ahora imputado estaban juntos. "Apostando a la felicidad de nuestra hija, decidimos dejar que todo siga su camino pero con Liliana hablábamos de que no era el tipo de persona adecuada", señaló Valles diciendo que en verano de 2015 su hija ya había decidido terminar la relación con Hamed a quien describió como "muy dedicado al juego y a las salidas nocturnas".
Volvió a reiterar que tanto él como su ex esposa estaban en contra de la relación de su hija con Hamed. "Cada vez tenía menos intereses por un trabajo constante, algo que ella descubrió por sus propios medios", señaló el testigo.
Comentó que una noche el imputado fue a hablar con él a su casa y le dijo que "tal vez porque tenía "cola de paja" que se le había "soltado la cadena", en relación al episodio donde Hamed obligó a su hija a subirse a un vehículo y conducirla a su casa.
Posteriormente Valles toma conocimiento de la versión de su hija y entonces va hasta la casa de Hamed, pero no había nadie. Volvió una segunda oportunidad y observa que estaba "El turco" comiendo. Llama y al salir el imputado, el ex esposo de Liliana Ortega le reprochó que lo que le había contado nada tenía que ver con la versión de su hija y posteriormente se retira.
A la medianoche de ese día, Hamed va a la casa donde actualmente vive Valles con su actual pareja y le dice que el podía pagar doscientos pesos a un chico y le hacía incendiar el auto a lo cual el testigo le responde que "lo sabía capaz de eso y mucho más". En ese momento, Valles -durante la audiencia- trata al imputado de "parásito".
En cuanto a qué actividad realizaba el imputado, Valles contó que había sido inspector municipal hasta que por un accidente ocurrido cuando se construía la pista del autódromo "Eusebio Marcilla", se retiró de dicho empleo, cobrando un dinero y luego se dedicaba a hacer fletes.
Como parte de la descripción de la relación que su hija mantenía con el imputado contó que cuando éste tuvo un accidente en Chacabuco y por el cual estuvo internado treinta días, su hija iba todos los días a verlo.
DECLARACIONES DE POLICIAS Y BOMBEROS
Durante la audiencia del lunes, por la mañana, también declaró el policía Damián Guasco quien en el momento del hecho era jefe de turno del entonces Comando de Patrullas Comunitario (C.P.C.), y los bomberos Gerardo Petegoli -el chofer de la segunda unidad que concurrió de apoyo al incendio de la casa de calle Bozetti- y Guillermo Foti, quien el sábado en que ocurrió el femicidio era oficial de servicio a cargo de la primera dotación que llegó a la casa de Liliana Ortega.
Foti relató que durante una hora estuvieron combatiendo las llamas ya que al llegar el incendio se había generalizado. Una vez apagado, se comenzó con la tarea de remoción de escombros y es en ese momento en que fue encontrado el cuerpo de Liliana Ortega, debajo de una chapa que había caído del techo, en lo que era el living de la vivienda, dándose de inmediato aviso a los policías y al fiscal de turno.
Foti describió que el cuerpo de Liliana Ortega estaba delante de una estufa hogar. El fuego afectó el living, una habitación y se amenazaba con propagar al fondo de la casa donde había dos habitaciones y un baño.
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