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policiales

La madre del Clan Benítez, que secuestraron y violaron a varias jóvenes, fue traída a Junín

La mujer quedó alojada en la UP 13 que cuenta con un pabellón para detenidas femeninas. Los hermanos fueron trasladados a un penal tras presentar un habeas corpus para no quedar alojados en un comisaria porque denunciaron maltrato y amenazas. Está imputada de encubrimiento y se sospecha de su posible participación en los hechos. A sus hijos se los acusa de privación ilegal de la libertad, tentativa de femicidio, reducción a la servidumbre, abuso sexual y comercialización de estupefacientes.




Los hermanos Fernando y Gonzalo Benítez, en supuesta complicidad con su madre, María Esther Llanos, secuestraron, torturaron y violaron durante meses a varias jóvenes en su casa de la ciudad de Bahía Blanca. Una de las víctimas -en grave estado de salud- logró escapar y contarle a su familia el horror al que fue sometida. Rápidamente la policía montó un operativo y rescató a otra chica que estaba dentro de la vivienda y detuvo a los integrantes del macabro clan.

Los jóvenes están acusados de privación ilegal de la libertad, tentativa de femicidio, reducción a la servidumbre, abuso sexual y comercialización de estupefacientes. La mamá, en tanto, enfrenta el delito de encubrimiento y se sospecha de su posible participación en los hechos, ya que vivía en el domicilio.

Mientras la investigación avanza y se complica cada vez más la situación de los imputados, se dieron a conocer imágenes del interior y del exterior de la casa del horror. Se trata de una vivienda ubicada en la calle Güemes al 3.700, en el Barrio Latino.

Contaba con un comedor, cocina, tres habitaciones y un gran patio, en en el que fue encontrada, desvanecida, una de los jóvenes abusadas. Tras los allanamientos, hallaron dos camas de una plaza y candados. Si bien no había cadenas, incautaron cables y colchones con sangre. En el mismo dormitorio había destornilladores, cuchillos y tijeras.

ESTADO DE SALUD DE LAS VICTIMAS

Las víctimas en esta oportunidad fueron identificadas como Aldana García (18) y Andrea Santa Cruz (23), quienes sufrieron todo tipo de torturas y vejámenes. Ambas estuvieron internadas en el Hospital Muncipal de Bahía Blanca y su estado de salud fue delicado al principio. La primera logró salir de cuidados intensivos, y presentaba cortes y mordidas en el cuerpo y un golpe muy fuerte en la cabeza que le generó un hematoma. La joven estaba en pareja con el mayor de los hermanos Benítez –Fernando (26)– desde hacía unos cuatro meses. Durante casi toda la relación estuvo secuestrada.

Andrea, en tanto, está internada en terapia intensiva. "No le funcionan los riñones y está desfigurada", contó Miguel, su papá a los pocos días de descubrirse el drama de la casa del horror y reveló que su hija estaba desaparecida desde hacía un mes, aunque aseguró que en la Comisaría de la Mujer no les tomaron la denuncia porque la joven es mayor de edad. Inicialmente se dijo que Santa Cruz era pareja del otro hermano de los Benítez, pero según la hermana de Andrea, el mayor de los Benítez fue quien mantuvo una relación con la chica de 23 años.

"Se conocieron por Facebook. La golpeaba todos los días, hasta que mi hermana se pudo escapar de la casa en enero del año pasado", reveló la hermana. En ese momento, se separaron. Sin embargo en este último tiempo Benítez había la llamado para decirle que tenía novia pero que ninguno de los dos tenía problemas de que ella viviera en su casa. Aún no está claro en qué circunstancia Andrea aceptó y volvió a "la casa del horror".

Al respecto, Miguel pidió un castigo ejemplar porque teme que cuando Fernando salga de la cárcel, intente buscar nuevamente a su hija. "Una persona que hace algo así no tiene corazón. No soy nadie para quitarle la vida, pero se tiene que hacer justicia y darle más años, porque capaz que sale dentro de 10 años y va a querer buscar a mi hija", agregó el hombre.

Los investigadores del caso de los hermanos Benítez siguen minuto a minuto la evolución de las dos víctimas para poder tomarles declaración y así robustecer la acusación contra ambos jóvenes y su madre. En tanto, los acusados fueron derivados a un penal luego de que su abogado presentara una habeas corpus por presuntos maltratos y amenazas.

Los testimonios de Aldana García (18) y de Andrea Santa Cruz (23) son fundamentales para contar el calvario que sufrieron durante entre 2 y 4 meses en la casa de Güemes 3727 del Barrio SMATA. donde permanecieron cautivas.

Mientras Aldana ya está en sala común del hospital José Penna y mejora en su estado de salud, la situación más complicada la enfrenta Andrea, que aún no pudo dejar la unidad de cuidados intensivos del hospital municipal. En la mañana del jueves, los médicos a cargo informaron que sigue siendo sometida a hemodiálisis debido a la insuficiencia renal que la afecta.

Además presenta una herida en el muslo derecho, que está siendo seguida de cerca por el equipo del hospital Leónidas Lucero. La declaración de ambas es clave para concretar la acusación de abuso sexual que, al ser un delito de instancia privada, precisa del testimonio de las víctimas para avanzar en la instrucción.

LA SITUACION PROCESAL DE LOS DETENIDOS



Mientras tanto, Fernando y Leonardo Benítez esperan que se resuelva su situación procesal en la Unidad Penal 4 de Villa Floresta de Bahía Blanca. Fueron trasladados por disposición del juez de Garantías Guillermo Mercuri quien los entrevistó en audiencia. Allí los hermanos manifestaron no querían pasar la noche en celdas de comisarías debido a que ya habían recibido maltrato y amenazas. Su abogado presentó un habeas corpus para que no quedaran allí. En Bahía Blanca, hay una sola seccional la Primera, en condiciones de recibir procesados y se evaluó enviarlos a la comisaría de Carmen de Patagones, a 280 kilómetros. Finalmente, recalaron en la unidad penal bahiense.



En tanto la madre de ambos, María Esther Llanos (en la foto superior en el momento de ser detenida), fue trasladada a primera hora de la mañana del jueves a Junín. La mujer había pasado la noche en la comisaría Sexta de Villa Rosas en Bahía Blanca y mediante un habeas corpus presentado por el defensor oficial, se logró cupo en la Unidad 13 del Servicio Penitenciario bonaerense de esa ciudad del norte provincial.

Por el momento la acusación que pesa sobre los Benítez es la de coautores de los delitos de privación ilegitima de la libertad y tentativa de femicidio con dolo eventual en dos casos.

En la Unidad Funcional de Instrucción Judicial 3 dicen tener acreditados ambos delitos agravados y esperan avanzar, en cuanto las víctimas puedan declarar, con la acusación de abuso sexual y otros delitos conexos.


QUIEN ES QUIEN DENTRO DEL MACABRO CLAN BENITEZ LA FAMILIA QUE DURANTE MESES VEJO A DOS MUJERES


La ciudad de Bahía Blanca no sale de la conmoción luego de la detención de los Benítez -concretada el lunes 26 de marzo-, el clan familiar que revivió el horror de los Puccio. Se trata de dos hermanos de 26 y 24 años y su madre, acusados de mantener cautivas a otras dos jóvenes durante meses y someterlas cruelmente a todo tipo de abusos sexuales, golpizas y vejámenes. La víctimas luego de ser rescatadas fueron internadas en el hospital Penna en grave estado.

Con el correr de las horas se fueron conociendo más detalles de quiénes conforman el macabro grupo y cómo llevaban adelante sus planes. El primero de los detenidos -y principal sospechoso- es Fernando Rubén Benítez, de 26 años. Está acusado de haber mantenido secuestradas a las dos chicas a las que torturó en reiteradas oportunidades. En el momento que fue detenido confesó los hechos. "Se me fue un poco la mano", expresó el sospechoso.

De acuerdo con la investigación, Benítez era el novio de Aldana García (18), una de las dos víctimas. La había conocido a través de Facebook en octubre pasado y en diciembre la invitó a vivir en su casa, junto con el resto de la familia Benítez. La joven accedió sin imaginarse el horror al que iba a ser sometida días después.

Según declararon los padres de Aldana, Benítez era un hombre celoso, obsesivo y no dejaba que mantuviera contacto con nadie. Un día de enero, la joven apareció en su casa con un ojo negro. Dijo que se había tratado de un accidente y le resto importancia, pero cuando la llamaban para ver cómo estaba, tenían que hacerlo al celular de Benítez y siempre en altavoz. Sin embargo, todo estaba por cambiar.

El lunes pasado, García no aguantó más y fue a buscar a su familia, que no sabía nada de ella desde hacía 15 días. Primero dijo que su novio no tenía nada que ver, pero se desmayó y terminó confesando lo peor. Tuvo que ser internada en terapia intensiva del Hospital Penna con riesgo de muerte por un derrame cerebral, golpes en todo el cuerpo y mordeduras de perro y de humano. Llegó a decir, entre varias cosas, que su novio le pegaba con un cinturón, que la drogaba para obligarla a tener sexo y que la violaba con un destornillador diciéndoles que así se haría mujer. Hoy está acusado de tentativa de femicidio, abuso sexual, privación ilegal de la libertad y reducción a la servidumbre.

El otro detenido es Gonzalo Leonardo Benítez (24), hermano de Fernando y novio de Andrea Santa Cruz (23), la otra víctima y quien fue encontrada desmayada en el fondo de la casa del Clan. De acuerdo con la fiscalía, estuvo dos meses cautiva y quedó internada en grave estado por los golpes, las mordeduras y los cortes que sufrió. El último parte oficial indica de presenta problemas renales e importantes lesiones en el rostro. El menor de los Benítez, en tanto, está acusado de los mismos delitos que su hermano.

La tercera y última detenida es María Esther Llanos (65), la mamá de los Benítez. Está acusada de encubrimiento y posible participación en los delitos ya que vivía en el domicilio del horror. Según trascendió, la mujer quiso confundir a la policía y decir que había una chica en su patio y que la habían mordido sus perros. Pero la coartada no sirvió. En la casa, además de los colchones llenos de sangre, estaban la ropa y las pertenencias de las dos jóvenes.

Tras los allanamientos, en la vivienda de los Benítez encontraron también colchones manchados con sangre y pequeñas cantidades de marihuana. Se llevaron para analizar cables, cintos y algunas prendas de vestir que también tendrían sangre. Incautaron destornilladores, cuchillos y tijeras -para ser sometidos a pericias- y una notebook que se podría haber utilizado para el contacto inicial con las víctimas. Llamó la atención, entre varias cosas, que encontraron varias notificaciones respecto a restricciones de acercamiento que tenía Fernando Benítez con distintas víctimas.

Micaela fue pareja de Fernando Benítez. Tuvieron un hijo luego de que saliera a la luz lo ocurrido, decidió contar lo que vivió y cómo se salvó de milagro. "Al nene no lo conoce, nunca se hizo cargo. Me encerraba en la casa y la madre siempre fue cómplice. Ella decía que 'yo era una piba y tenía que acceder a lo que él quería'. Mi mamá me ha buscado hasta por Missing Children porque me tenía secuestrada cuando estaba embarazada. Llegué a estar cinco días encerrada", relató la joven en diálogo con Brújula 24.

"Me rompió mi celular, no me dejaba ni siquiera hacer las compras porque era enfermo de celos. No me dejaba ni comer. Pasaba días de ayuno y sin posibilidades de salir ni a la vereda", agregó.

Además, contó un episodio que vivió con Rubén Benítez, el papá de los abusadores. "Un día, mi ex suegro me quiso apuñalar durante una discusión que tuve con Fernando. Estaba embarazada en ese entonces y me hirió a la altura de la rodilla. Me cortó un tendón y, como estaba en plena gestación, no me podían operar. Casi pierdo a mi hijo", contó. Por este episodio, Rubén fue condenado tres años con prisión en suspenso. Nunca fue preso. En las últimas horas se agregó a la lista una menor de edad que, años atrás había denunciado a Benítez, pero su causa había sido archivada.

El imputado de 26 años ya tiene un antecedente penal que se le va a computar en caso de una nueva pena: el año pasado fue sentenciado a ocho meses de prisión en suspenso por pegarle patadas y golpes de puño a una chica con la que mantenía una relación. Le ocasionó hematomas en los párpados, lesiones en el cuello, los hombros y en la pierna derecha. La joven fue identificada como Karen Giménez y fue atacada en la misma casa del horror en 2014.

La condena fue dictada por el juez en lo Correccional Nº 2, Gabriel Luis Rojas, el 15 de mayo del año pasado y quedó firme casi un mes después. Su  ejecución era condicional y durante 2 años debía cumplir determinadas reglas de conducta. El delito que se le imputó fue el de "lesiones leves agravadas por el género".

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