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El arresto de Puigdemont reaviva la tensión en Cataluña

El destituido y prófugo expresidente fue arrestado en Alemania cuando intentaba regresar a Bélgica desde Finlandia; pesaba sobre él una orden de captura internacional; hubo protestas masivas y choques con la policía en Barcelona


Dos motos de la policía alemana y una señal intermitente para que el auto en el que Carles Puigdemont iba de copiloto detuviera su marcha. Con ese sencillo operativo se puso punto final a cinco meses de "resistencia" y épica de lo que quiso ser "el gobierno catalán en el exilio".

Por un pedido de captura internacional de la Justicia española, el destituido presidente de Cataluña fue detenido ayer en suelo alemán cuando intentaba regresar de Helsinki a Bruselas, donde se había instalado tras fugarse de España. El arresto generó ayer una masiva movilización en Barcelona, donde la tensión por el conflicto separatista volvió a avivarse.

Con rapidez inusitada, anoche Puigdemont ya estaba en prisión y se espera que hoy comparezca ante la Justicia alemana. Si sus abogados no sacan un conejo de la galera para frenarlo, pronto podría ser trasladado y juzgado por los delitos de rebelión y sedición, que, en sus extremos más graves, prevén penas de hasta 30 años de cárcel, según la legislación española.

Descabezado y desorientado, el independentismo catalán no pudo articular una respuesta política unificada. "Atropello, represión, vergüenza", dijeron sus diferentes vertientes. Limpia y sin traumatismos, la captura terminó de liquidar la ilusión de resistencia en el tenso proceso de octubre pasado, cuando en forma unilateral el gobierno que encabezó el ahora detenido declaró la independencia de la región.

Sin poder digerir el fracaso, hubo cacerolazos y miles de personas se lanzaron a la calle en Barcelona y en varias ciudades catalanas para el rito de la protesta y el insulto a los Mossos d'Esquadra, la policía regional. Hubo cargas, forcejos, detenidos, heridos y momentos de tensión. Volaron proyectiles improvisados -latas, huevos y botellas- y se quemaron contenedores de basura. También se pintarrajearon las fachadas de edificios públicos de amarillo, el color con el que recuerdan a los dirigentes independentistas presos o fugados.

La detención fue facilitada por los servicios de inteligencia españoles. Para el proceso abierto en Madrid es mucho más conveniente que haya ocurrido en Alemania y no en Bélgica, no en vano elegida por Puigdemont para establecer su refugio. La legislación alemana contempla el delito de "alta traición" y lo castiga con penas de diez años e incluso cadena perpetua. La figura es asimilable a las de "rebelión" y "sedición" por las que el juez Pablo Llarena, del Tribunal Supremo español, procesó al cesado presidente.

Miles de personas se movilizaron en Barcelona para pedir que liberen a PuigdemontMiles de personas se movilizaron en Barcelona para pedir que liberen a Puigdemont Fuente: LA NACION
Distinto era el caso en Bélgica, que no contempla esas figuras y donde la extradición se había convertido en un laberinto sin salida.

A ese refugio pretendía llegar nuevamente Puigdemont cuando fue atrapado en suelo alemán. Le faltaban apenas 700 kilómetros para arribar a destino. La detención ocurrió en la localidad de Schuby, cuando acababa de cruzar la frontera con Dinamarca, en acatamiento de una orden internacional de captura activada el viernes pasado por el juez Llarena. Anoche ya estaba en la prisión de Neumunster.

Se abre ahora un plazo de hasta 60 días para determinar el futuro del expresidente. Pero se estima que el trámite de extradición podría ser relativamente rápido.

El futuro de Puigdemont estaba en jaque desde que, el viernes pasado, la Justicia española reactivó las órdenes europea e internacional de captura del expresidente y de los exconsejeros que se dieron a la fuga. Nueve dirigentes cumplen ya prisión preventiva por riesgo de fuga.

Puigdemont estaba prófugo desde octubre pasado, luego de que el gobierno nacional dispusiera la intervención de Cataluña tras la fallida declaración unilateral de independencia que impulsó su gobierno. El líder separatista estuvo el viernes en Helsinki, en una jornada académica, cuando se produjo la activación de la orden de captura. Su paradero era incierto hasta que ayer se supo de su captura y, con eso, comenzó un nuevo ciclo.

En plano incierto queda también la decena de independentistas que se fugaron junto con Puigdemont o después. En teoría permanecen en Bélgica Toni Comín (ERC), Meritxel Serret y Lluis Puig (PDeCAT). Refugiada en Escocia, Clara Ponsatí ya estaría tramitando su entrega. En Suiza guardan silencio las dirigentes Ana Gabriel y Marta Rovira.

Otra decena de figuras están ya bajo prisión provisional. Entre ellas, el exvicepresidente Oriol Junqueras y el frustrado aspirante a la Generalitat Jordi Turull.

La detención tuvo inmediatas repercusiones en todo el arco político español. El gobierno español de Mariano Rajoy reafirmó el "respeto" a las decisiones judiciales. En igual sentido se pronunció el Partido Socialista Obrero Español (PSOE): "La política se ejerce dentro de la Constitución, fuera de ella, nada", dijo su líder, Pedro Sánchez.

"Se acabó la fuga del golpista", sentenció el líder del ascendente partido Ciudadanos, el catalán Albert Rivera. Mucho más crítico se mostró el líder de Podemos, Pablo Iglesias, para quien la "judicialización" de la política no solucionará nada.

Por qué ahora y qué pasará con el expresidente

-¿Por qué fue detenido Puigdemont?

-Puigdemont presidió desde 2016 el gobierno catalán con el que culminó el plan independentista que abrió una crisis política, institucional y social sin precedente en España.Tras meses de investigación, el Tribunal Supremo español confirmó el viernes el procesamiento de Puigdemont por delitos de rebelión y malversación, debido a su papel en esa crisis. También reactivó una orden de captura europea que motivó su detención.

-¿Qué hacía Puigdemont en Alemania?

-Puigdemont llevaba cinco meses viviendo en Bruselas, adonde se desplazó tras haber sido destituido por el gobierno español debido a la declaración independentista del Parlamento catalán. Desde entonces nunca regresó a España, donde tiene pendiente una orden de captura. El jueves había viajado a Finlandia para dar una conferencia en la Universidad de Helsinki. La policía alemana lo detuvo ayer después de que cruzó la frontera norte del país en un auto con destino a Bruselas.

-¿Qué relevancia tiene el país de detención?

-Alemania es uno de los países con los que España mantiene mejor cooperación policial. Además, a diferencia de lo que ocurre en Bélgica, el Código Penal alemán incluye el delito de alta traición, equiparable al de rebelión que se imputa a Puigdemont, con penas de diez años de prisión a cadena perpetua en los casos más severos.

-¿Qué ocurrirá ahora con el independentista?

Puigdemont fue detenido en virtud de una orden de detención europea. En un primer paso, la Justicia alemana debe decidir si mantiene a Puigdemont detenido hasta que se decida su entrega a España. Si el expresidente lo acepta, el plazo es de diez días. En caso contrario, la decisión debe tomarse en un máximo de 60 días.

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